En la calle de La Condamine, una vía tan relacionada con la música desde sus principios, se encuentra el emprendimiento de Oswaldo Morocho. Él es uno de los pocos expertos en la realización e interpretación de los instrumentos de viento. En una visita a su taller se puede disfrutar de la exhibición y melodias de los instrumentos que él mismo ha fabricado como quenas, zampoñas, rondadores y flautas.